Cómo desarrollar un buen eslogan publicitario

El lema de campaña es el grito de guerra con el que tantos seguidores como contradictores entienden el concepto que aglutina los movimientos del ejército o en este caso del equipo de campaña. Es una frase clara y memorable que actúa como un clavo penetrando la mente del elector. No es necesario que sea poética, pero sí que marque una diferencia con respecto a los demás candidatos o propuestas políticas.

En NARANJO+CÁLAD repasamos algunos lemas publicitarios memorables, tratando de develar el secreto detrás de su éxito.

A diamond is forever

Es un famoso eslogan publicitario creado en 1947 por Frances Gerety para la empresa de diamantes De Beers. Se ha convertido en sinónimo de compromiso y amor eterno, y se atribuye haber impulsado la venta de diamantes al vincularlos con la permanencia de estos sentimientos. La frase también es el título de la película de James Bond de 1971 y su banda sonora. 

Just do it

El eslogan se lanzó como parte de la primera gran campaña televisiva de Nike en 1988. El primer anuncio de la campaña presentaba a Walt Stack, un maratonista de 80 años que corría todos los días, y terminaba con la frase «Just Do It». Sin embargo su origen parece un poco más macabro pues se inspiró en las últimas palabras de Gary Gilmore, condenado a muerte, al expresar a los funcionarios encargados de aplicarle la pena capital: «Let’s do it».

The pause that refreshes

«The pause that refreshes» («La pausa que refresca») fue un eslogan publicitario de Coca-Cola creado en 1929 que tuvo tanto éxito que se convirtió en uno de los más duraderos de la marca y en parte del vocabulario cultural. Este eslogan ayudó a consolidar la marca Coca-Cola durante décadas, especialmente durante la Gran Depresión, posicionándola como un elemento de alivio y pausa para los consumidores.

Tastes great. Less filling

La frase «Tastes great. Less filling» («Sabe genial. Sacia menos») se popularizó con la campaña publicitaria de Miller Lite en la década de 1970. La historia es que la marca lanzó una serie de anuncios que presentaban a atletas retirados en un debate para crear conciencia sobre la nueva cerveza ligera, que publicitaba ambas cualidades, el buen sabor y su ligereza. La campaña fue tan exitosa que se convirtió en un ícono de la cultura pop y la marca la ha revivido varias veces desde entonces

We try harder

La campaña publicitaria «We Try Harder» de Avis se lanzó en 1962 para diferenciarse de su competidor principal, Hertz, y se basó en la honestidad de admitir que eran la segunda compañía de alquiler de coches, pero que por ello se esforzaban más en el servicio al cliente. Esta campaña fue un gran éxito, llevando a Avis a ser rentable por primera vez en una década y aumentando su cuota de mercado, y se convirtió en una parte central de la identidad de la empresa durante más de cincuenta años

Good to the last drop

La frase «bueno hasta la última gota» (Good to the last drop) se asocia con la marca de café Maxwell House y tiene su origen en 1907, cuando se dice que el presidente Theodore Roosevelt la pronunció al probar el café. La compañía de café Cheek-Neal Coffee registró la frase como eslogan en 1926, después de que se volviera popular y se asociara con su café en anuncios. Fue copiado por Café La Bastilla en Colombia.

Breakfast of champions

El cereal que se convertiría en Wheaties fue inventado accidentalmente en 1921 cuando un médico de la compañía Washburn Crosby dejó caer salvado de trigo sobre una estufa caliente, creando unos copos de trigo inflados. Con el tiempo, se convirtió en el «Desayuno de los campeones» gracias a su conexión con los atletas de élite que aparecían en sus anuncios.

Does she… or doesn´t she

La frase «Does she… or doesn´t she» (¿Lo hace o no lo hace? ¿Se tiñe o no se tiñe?) es un eslogan de publicidad para el producto de tintura de cabello Miss Clairol, creado en 1957. La campaña fue revolucionaria porque normalizó el uso de tintes para el cabello, que hasta entonces se consideraba una práctica cuestionable, al presentarla como una opción glamurosa y normal. El eslogan se volvió tan icónico que se utilizó durante 15 años y tuvo un impacto significativo en la industria y en el lenguaje sobre la coloración del cabello. 

When it rains, it pours

El eslogan publicitario «When it rains, it pours» (Cuando llueve, diluvia) se originó en la empresa de sal Morton Salt en 1914, con el fin de promocionar un nuevo producto: sal de mesa de grano fino que no se apelmazaba. La frase ingeniosa hacía referencia a que, si la sal se apelmazaba debido a la humedad, era un gran problema (diluvio), pero su nueva sal se mantenía suelta y fácil de usar en cualquier condición climática, como si no hubiera lluvia. 

Where´s the beef?

«Where’s the beef?» fue una exitosa campaña de publicidad de Wendy’s lanzada en 1984 para criticar a la competencia por tener hamburguesas con menos carne. La campaña se popularizó enormemente gracias a la frase pronunciada por Clara Peller, una anciana que se convirtió en un ícono cultural, y la frase se convirtió en un eslogan cotidiano que cuestionaba la falta de sustancia en un producto o idea. 

Un eslogan publicitario es fundamental para una marca porque funciona como una frase breve y memorable que resume su esencia, valores y propuesta de valor. Ayuda a diferenciarla de la competencia y a generar una conexión rápida con el público, facilitando que los consumidores recuerden la marca y la asocien con una emoción o beneficio específico. Además, un buen eslogan refuerza la identidad de la marca y puede convertirse en un símbolo duradero dentro de su comunicación.

En su libro Battlecry (Grito de guerra), Laura Ries, hija del famoso estratega de mercadeo Al Ries, identifica 5 técnicas para crear un eslogan memorable y que compartimos a continuación:

  1. Rima
    la rima  como efecto razón. Las rimas se usan para agregar fluidez y, por lo tanto, obtienen una puntuación alta en fluidez. Y debido a la fluidez heurística, cuando las personas escuchan rimas, su mente las procesa con mayor fluidez y las acepta más fácilmente sin una evaluación exhaustiva. Además se fijan más fácilmente en la memoria.

    Ejemplo: Rexona no te abandona.
  2. Aliteración
    Es un recurso literario que consiste en la repetición de uno o varios sonidos (consonánticos o vocálicos) al principio de palabras cercanas, con el fin de crear un efecto musical y rítmico. Se utiliza para enfatizar, dar musicalidad o crear un efecto sonoro que llame la atención del oyente o lector, como se ve en refranes, poemas y trabalenguas.

Ejemplo: Tres tristes tigres tragaban trigo en un trigal.

  1. Repetición
    La repetición es el uso de la duplicidad de la expresión para hacer énfasis en alguna idea en particular. Tal vez es uno de los recursos más utilizados en la publicidad pues la repetición también es una técnica de mnemotecnia.

    Ejemplo: Mejores ingredientes, mejor pizza. Papa John´s
  1. Reversión o contraste

Esta técnica usa la figura literaria entre opuestos. El tiempo cura todas las heridas se centra en cura y herida, dos opuestos. Luz y oscuridad, dolor y placer. También muy usado por cantautores como el guatemalteco Ricardo Arjona en las letras de sus canciones.

Ejemplos: No hay mal que por bien no venga.
Acompáñame a estar solo.

  1. Doble sentido o significado
    Una de las principales características del lenguaje humano es la polisemia, es decir, el múltiple significado que puede tener una palabra. Esta característica permite la emergencia de figuras literarias y de recursos lingüísticos usando en una misma palabra, sus múltiples significados.

    Ejemplos: Un diamante es para siempre.
    Naranjo+Calad, Marketing Partners.

Antes de arrancar la campaña electoral: el arte de saber esperar

Muchos candidatos viven hoy una misma escena: están ansiosos por comenzar la carrera electoral. Quieren salir ya a conquistar votantes, publicar contenido y hacer presencia en todos los espacios posibles. Sin embargo, este afán puede ser un error estratégico.

Antes de lanzarse a comunicar, es fundamental entender cómo funciona la mente del elector. Todo mensaje político tiene una finalidad: conectar ideas con las emociones y preocupaciones del votante. Pero si el público aún no está en “modo elección”, ese mensaje simplemente no se escucha.

En este momento, la mayoría de los ciudadanos en Colombia no está pensando en política. Están centrados en Halloween, Navidad y los planes de fin de año. En ese contexto, invertir grandes esfuerzos en visibilidad política puede ser ineficaz, así lo recomendamos a nuestros clientes políticos en NARANJO+CÁLAD.

Entonces, ¿qué deberían hacer los candidatos ahora? Este es el momento ideal para afinar el mensaje, ajustar la estrategia y fortalecer las alianzas con los equipos y entidades que más adelante serán clave en la ejecución de la campaña. Es tiempo de diagnóstico, planeación y conexión con los territorios y comunidades.

Candidatos: calma. La carrera apenas comienza, y la preparación que hagan hoy marcará la diferencia cuando llegue el verdadero momento de competir por la atención —y el voto— del elector.

Pepsi vs. Coca-Cola: Una rivalidad icónica marcada por la Cultura Pop

La rivalidad entre Pepsi y Coca-Cola es una de las más emblemáticas en la historia del marketing y los negocios. Más que una simple competencia por vender bebidas gaseosas, esta disputa ha sido una lucha por el dominio cultural, emocional y simbólico en la mente del consumidor. Durante más de un siglo, ambas marcas han protagonizado una batalla constante por el liderazgo del mercado global de refrescos, pero fue en los años 80 del siglo XX cuando Pepsi logró uno de sus mayores golpes estratégicos: una audaz campaña publicitaria que cambiaría las reglas del juego.

En pleno auge de la cultura pop, Pepsi apostó por una estrategia agresiva que la desmarcara de la imagen tradicional y conservadora de Coca-Cola. Así nació la campaña “Pepsi: The Choice of a New Generation” (Pepsi: la elección de una nueva generación), en la que la marca buscó conectar directamente con la juventud, el cambio y la innovación. La clave de esta campaña fue el fichaje de algunas de las estrellas más grandes de la música del momento, incluyendo a Michael Jackson, Lionel Richie y Madonna. Con ellos, Pepsi no solo promocionaba un producto, sino que se asociaba con la energía, el estilo y la rebeldía de una generación que buscaba diferenciarse de la anterior.

La contratación de Michael Jackson, en particular, fue un movimiento histórico. En 1984, Pepsi firmó un contrato multimillonario con el Rey del Pop para protagonizar una serie de anuncios que combinaban música, espectáculo y marca de una forma nunca antes vista. El más recordado mostraba a un grupo de niños imitando a Jackson al ritmo de una versión adaptada de “Billie Jean”, culminando con la aparición del artista y el lema de la campaña. Esta asociación llevó a Pepsi a un nuevo nivel de reconocimiento y simpatía, captando a un público joven que empezaba a influir fuertemente en las decisiones de consumo.

Mientras tanto, Coca-Cola, aunque aún dominante en el mercado, se vio obligada a reaccionar. La compañía lanzó “New Coke” en 1985, un intento por modernizar su fórmula y acercarse a las preferencias del nuevo consumidor. Sin embargo, este cambio fue mal recibido por el público, que lo percibió como una traición a la identidad de la marca. Paradójicamente, el fracaso de New Coke terminó fortaleciendo la conexión emocional del público con la fórmula original, rebautizada como “Coca-Cola Classic”. Este episodio demostró cómo la presión ejercida por Pepsi obligaba a Coca-Cola a innovar, incluso si el resultado no siempre era exitoso.

A lo largo de las décadas, esta rivalidad ha beneficiado a ambas marcas. Pepsi necesitaba a Coca-Cola como el gigante al que desafiar, el símbolo del status quo que ella podía romper. Coca-Cola, por su parte, necesitaba de Pepsi como ese competidor que la mantenía alerta y la empujaba a evolucionar. En ese equilibrio entre competencia feroz y necesidad mutua, ambas empresas lograron mantenerse vigentes, relevantes y en constante reinvención, marcando generaciones enteras con sus campañas, jingles y batallas de marketing.

En definitiva, la campaña de Pepsi en los años 80 no solo le dio una identidad propia frente a su eterno rival, sino que también cambió para siempre la forma de hacer publicidad. Convirtió a las celebridades en portavoces de marca de una manera que pocas veces se había visto antes, y redefinió el papel de la cultura popular en la construcción del valor de una empresa. Pepsi y Coca-Cola, más que rivales, son como dos polos opuestos que se necesitan para mantener la chispa encendida.

Think Different: El poder del pensamiento disruptivo

Una de las campañas publicitarias más emblemáticas en la historia del marketing moderno es, sin duda, Think Different de Apple. Lanzada en 1997, esta campaña fue concebida por el publicista Lee Clow y su agencia TBWA, en un momento crucial para la compañía, cuando atravesaba dificultades financieras y necesitaba redefinir su identidad. Lo revolucionario de esta estrategia fue su enfoque completamente alejado del producto: no se mostraba ni un solo computador, ni se hablaba de especificaciones técnicas. En su lugar, se celebraba el pensamiento disruptivo y la creatividad de figuras históricas, posicionando a Apple como una marca para aquellos que se atreven a desafiar lo establecido.

El mensaje central de Think Different apelaba directamente a la emoción y a la inspiración, algo poco común en la publicidad tecnológica de la época. En lugar de enfocarse en el hardware o software, Apple eligió honrar a personas como Albert Einstein, Martin Luther King Jr., Mahatma Gandhi, y Pablo Picasso, entre otros. Estos personajes, reconocidos por haber cambiado el mundo con ideas revolucionarias, eran presentados como íconos del pensamiento independiente, reforzando así la promesa de la marca: Apple es para quienes piensan distinto.

Esta estrategia supuso un cambio de paradigma en la forma de comunicar valor en el mercado tecnológico. Mientras otras marcas competían por mostrar quién tenía el procesador más rápido o la mejor resolución de pantalla, Apple apostó por conectar con los ideales y aspiraciones de su audiencia. Think Different no vendía computadoras; vendía una filosofía, una identidad, una forma de ver el mundo. Y al hacerlo, generó una fidelidad de marca que perdura hasta hoy.

Además, esta campaña ayudó a consolidar el liderazgo de Steve Jobs en su regreso a la empresa, y a reposicionar a Apple como una compañía innovadora, creativa y visionaria. Fue una jugada de branding magistral, que cambió la forma en que las empresas tecnológicas se comunican con sus consumidores. La campaña no solo fue un éxito publicitario, sino también un catalizador en la transformación de Apple en una de las marcas más valiosas del planeta.

Think Different es mucho más que una campaña publicitaria: es un manifiesto de innovación, creatividad y coraje. Al elegir no mostrar productos, sino valores, Apple enseñó que en un mundo saturado de información y competencia, la diferencia no está solo en lo que se vende, sino en cómo se piensa. Y pensar diferente, como bien lo demostraron los protagonistas de esta campaña, es muchas veces el primer paso para cambiar el mundo.

La historia de la campaña del hombre de la camisa Hathaway

El publicista británico David Ogilvy, famoso por sus campañas para Rolls Royce, Dove o Schweppes, cuenta cómo camino al estudio de fotografía decidió parar en una farmacia y comprar un parche para el ojo y ponérselo al modelo de las camisas Hathaway, sin ninguna razón aparente.

Ogilvy era un convencido de los textos largos en los anuncios. Decía que entre más decía un producto, más vendía. Y el parche en el ojo funcionaba como un excelente gancho para que los consumidores comenzaran a leer el aviso buscando la historia del parche que tenía aquel elegante hombre con la camisa Hathaway.

En América Latina un pirata puede tener una connotación negativa, pero no en el Reino Unido, mercado inicial de Hathaway. Los corsarios británicos representaban valor y misterio para la mayoría de los ciudadanos que veían en el personaje a un aristócrata elegante y digno de imitar.

El presidente de Hathaway, Ellerton Jette, con solo 30.000 dólares de presupuesto para su campaña, escribió al Ogilvy prometiéndole que si aceptaba su marca en la agencia, jamás cambiaría una palabra de los textos y que sería su cliente de por vida.

Ogilvy vio la oportunidad de hacer algo único o inesperado y fue así como ideó la campaña del hombre que viste las camisas Hathaway y que porta un parche en su ojo derecho. La agencia contrató como modelo al barón George Wrangell, un ciudadano ruso que en realidad tenía visión perfecta en sus dos ojos.

El parche, el cual jamás fue mencionado en los textos que acompañan las imágenes, le dio un toque de misterio al personaje y a toda la campaña, que aún permanece en el imaginario colectivo, ya no solo de Nueva Inglaterra, donde inicialmente se pautó, sino en toda Europa y EE.UU.